Este próximo 14 octubre, nuestra biblioteca presentará un espectáculo audiovisual dedicado a revalorar la cultura del esfuerzo. Nuestra idea es que este espectáculo sirva de apropiado marco para resaltar, justamente, la importancia de una de las principales carencias que hoy revela nuestra sociedad.

La falta de referentes válidos y la ausencia de metas concretas y “alcanzables”, que satisfagan sus legítimas aspiraciones, han alejado a gran parte de nuestra sociedad y en particular, a sus más jóvenes representantes, del camino del esfuerzo y la responsabilidad.

Este alejamiento y orfandad de valores, es el que muchas veces, determina el vacío existencial que empuja a nuestros jóvenes por el camino de la desesperación, las adicciones, el delito e incluso el suicido.

Una vez más, nuestra Biblioteca Popular, pretende recuperar para todos nosotros, estos valores olvidados. Un ejercicio de la memoria, sano y profundo. Una memoria constructiva, que apunta a rescatar los valores que contribuyeron a la construcción de nuestra patria.

En esta oportunidad, centramos nuestro homenaje en el período que sucedió a las guerras por la independencia y organización nacional. Esta es la parte de nuestra historia que toca más de cerca, a la inmensa mayoría de nuestra población, ya que como dijo Octavio Paz: los argentinos, descendemos de los barcos.

Muchos de nuestros antepasados, emigraron de sus patrias de origen, en búsqueda de nuevos y mejores horizontes y muchos llegaron a estas costas, llenos de grandes expectativas, muchas de las cuales, con el tiempo, resultaron infundadas. Sin embargo, aquí encontraron una tierra generosa y próspera, políticamente organizada, territorialmente integrada y sometida a la soberanía popular, materializada por la existencia de un estado republicano y federal.

Estos inmigrantes no participaron de la gloria de la epopeya independentista, ni abonaron con su sangre, el largo y cruento proceso que culminó con la organización nacional. Tampoco tomaron parte en las luchas contra el imperialismo anglo-francés o lusitano. Ese privilegio histórico, quedará por siempre, para nuestros queridos gauchos patricios. Sin embargo, estos hombres, si trajeron algo de indiscutible valor para las generaciones venideras y ese algo, fue justamente, su esperanza, su amor por la paz y una inagotable voluntad y capacidad de trabajo.

Como dicen las escrituras, todo tiene un tiempo bajo el sol y estos queridos gringos, llegaron en el tiempo justo y necesario para contribuir, con su esfuerzo, al crecimiento de una gran nación.

Por eso nuestro sentido recuerdo a todos aquellos inmigrantes, que no excluye el reconocimiento primero de aquellos que lo dejaron todo, en aras de la utopía de una nueva y gloriosa Nación. Esa gran Nación Latinoamericana, que aun no termina de conformarse.

El sueño de San Martín y Bolivar, de Güemes y Belgrano, de Moreno y Artigas, sigue pendiente de realización y eso no sucederá sin el compromiso último y definitivo de todos quienes hoy, con legítimo orgullo, llevamos el gentilicio de Argentinos.

Guillermo A. Meana
Secretario