Nuestra Palabra: Editorial Nº 9

Hoy domingo, concluye una semana de intensa labor, premiada, sobre el final de la misma, con la recepción en nuestra sede, de diez computadoras destinadas a “reforzar” nuestro laboratorio informático. Las mismas nos fueron donadas por la Fundación Equidad, una “empresa” social, que articula este tipo de donaciones a través de la Fundación Banco Provincia de Buenos Aires.

Se trata de computadoras cedidas por empresas y organismos gubernamentales, que fueron recicladas y acondicionadas por la Fundación “Equidad”, con el objeto de reinsertarlas en el ámbito de organizaciones sociales, como nuestra biblioteca, donde continuarán prestando múltiples y provechosos servicios.

Cuando las organizaciones que trabajan por el bien común, se articulan correctamente con otros referentes de la economía social, rápidamente se sobreponen, a los efectos desmoralizadores y retardatarios que suelen provocar, las desteñidas promesas de “influyentes” operadores, más comprometidos con el oportunismo proselitista, que con una solidaridad bien entendida.

Pero dejemos estas reflexiones para otro momento, los que enfrentamos todos los días, el desafío de llevar adelante una institución como la nuestra, no nos desalentamos fácilmente y por el contrario, la adversidad cotidiana, nos permite disfrutar mucho más intensamente, de las alegrías que nos devuelve una sociedad agradecida.

Muchos proyectos dependían de este anhelo felizmente concretado. La implementación definitiva del servicio de información ciudadana, es uno de ellos. El lanzamiento de nuevos cursos de capacitación y la ampliación de nuestra oferta de servicios, son alguno de los otros.

Pero lo más importante, tal vez no sea que podamos dar un mejor servicio a nuestros socios y vecinos, sino que ahora, sí podemos afirmar, que ningún chico se quedará sin poder realizar su tarea, por no tener esa monedita que lo aleja de la posibilidad de conectarse a la Internet, como hacen otros de sus compañeros.

Acortar distancias, “achicar las brechas” económicas, sociales y generacionales, que plantea para el pueblo, la posibilidad o imposibilidad del acceso a las nuevas tecnologías de la información, a sido una de las principales metas propuestas por nuestra institución para desarrollar durante el presente año.

Y empezamos por el mes de abril, con una matrícula efectiva de 105 alumnos, tres computadoras y mucho coraje.

La voluntad de aprender y la comprensión de nuestros alumnos, nos permitieron sortear todo tipo de dificultades, desde las incomodidades lógicas de una obra de envergadura, pasando por la epidemia de gripe, la carencia de agua y baños durante meses y un número de computadoras, muy por debajo de las mínimas necesidades.

Pero todo esfuerzo tiene su recompensa y la de hoy es doble, porque llega de la mano amiga y solidaria de una organización social, sin condicionamientos, fruto del entendimiento y el trabajo de quienes persiguen un mismo objetivo, el bien común.

Sinceramente espero que este ejemplo se multiplique y que los integrantes de las diversas organizaciones sociales de nuestro medio, comprendan la importancia de articular con otras, diversos proyectos que sólo pueden prosperar, en el marco de la economía social.

Hagamos de la imaginación y voluntad una gimnasia cotidiana y seguramente encontraremos, “a la vuelta de la esquina” una sociedad “posible” y sobre todo, mucho mejor.

Guillermo Meana
Secretario / BPCD

Nota Editorial Nº 9